Cuando nos llaman para realizar un reportaje fotográfico familiar tenemos claro que lo principal es que todos, los niños pero también los mayores se diviertan durante la sesión para que cuando vean las fotos , no solo se recuerden ese momento de sus vidas sino también un día estupendo en familia, divirtiéndose todos juntos.
Y si algo podemos destacar, además de lo guapísimos que eran todos…, es que esta sesión fue muy divertida.
Tanto los niños como los padres jugaron y sobretodo rieron.
Los niños crecen y de repente sin darnos cuenta del tiempo que ha pasado,son mayores y tienen sus propios hijos y los que fueron padres pasan a ser abuelos, y la casa vuelve a llenarse de juguetes lanzados (y lo que no son juguetes), niños corriendo por toda la casa, dibujos artísticos colgados en la nevera y devolviendo baberos y pañales a las casa.
La relación entre abuelos y nietos es muy especial y por eso, regalar un reportaje fotográfico con todos los pequeñajos juntos suele -además de ser misión complicada- emocionar a esos padres que vuelven a convertirse en niños cuando llegan sus nietos.
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