Antes de que llegara la primavera conocimos a Andrés. Un bebe con tan apenas un mes, de mirada despierta aun cuando está durmiendo.
Sus padres se pusieron en contacto con nosotras para hacer una sesión fotográfica. Para crear y guardar un recuerdo especial de ese primer mes como familia de tres . Y allí que fuimos con nuestros bártulos , a fotografiarlo con sus ojos abiertos que todo lo miran y también con sus ojos cerrados que todo lo sueñan.
Andrés se portó muy bien. A ratos dormía y a ratos nos miraba sin saber muy bien que estaba pasando en su cuarto para que hubiera tanta gente alrededor.
Pero como buen principito con corona azul de regalo, creo que imaginó que eso era una aventura de viajes y abrazos.
Nos dio pena terminar la sesión, estuvimos muy a gusto y creo que Andrés también porque no le costó nada volver a quedarse dormidito después de tanto ajetreo.
Y con la certeza de tener el trabajo bien hecho y de haber pasado una buena tarde nos fuimos a diseñar un álbum personal para nuestro nuevo pájaro.
Los elegidos fueron los robots. Esos muñecos de cabeza y cuerpos rígidos que no sabría explicar muy bien como consiguen transmitir tanta ternura a pesar de su rigidez.
Y como entre ternuras anda la cosa, creamos para el álbum y la caja de cd a juego un cierre de madera con nuestro robot favorito.
Estamos muy contentas con el resultado.
Esperamos que os haya gustado y que lo disfrutéis ahora cuando el tiempo va tan deprisa como sus cambios y pasados los años, cuando ya adulto, sea él, el propio Andrés quien se busque cuando tan apenas tenía un mes.