Juan Carlos y Laura ya se han casado.
Y nosotras les hemos hecho el reportaje con todo el cariño que se merecen. Esperamos que os guste pareja.
El día comenzó todo lo temprano que el sol nos permite; un día afortunadamente soleado de Junio.
Los tiempos estaban marcados. Juan Carlos y Laura se pusieron en contacto con nosotras y nos comentaron que querían hacerse el reportaje de novios antes de la ceremonia, para disfrutar así el resto del día de la familia y amigos que iban a acudir ese día. Así que teníamos el tiempo justo para hacer unas fotos preciosas que les sirvieran de recuerdo y llegasen a tiempo a su cita, no estaría bien que los fotógrafos retrasasen la boda…
La novia ya había partido a la peluquería y nosotras aprovechamos para empezar por las fotos del novio.
Mientras el novio iba relajándose, todo lo que un novio el día de su boda puede relajarse, fuimos registrando ese ritual que es el vestirse para su boda. Siempre se genera un momento emotivo, como una atmósfera de algo transcendente a punto de pasar cuando el novio se viste, en este caso ayudado por su padre.
Después vendría la novia, con una sonrisa que escondía nervios, felicidad y simpatía a partes iguales, acompañada de la troupe de amigas que ayudaron a crear uno de los momentos mas divertidos de la sesión. Había mucho cariño entre tantas risas y mas botones…
La sesión en la calle decidieron hacerla en la plaza del Pilar y el río Ebro, monumentos emblemáticos de la ciudad de Zaragoza.
Como las horas eran tan tempranas, tuvimos la suerte de que lo que generalmente es uno de los lugares mas transitados de la ciudad, estuviera prácticamente vacío para nosotros.
Realizamos un paseo por la plaza y el camino hasta el puente de piedra para tener una vista de la Basílica.
Las fotos hablan por si mismas de la complicidad de los futuros esposos.
Tuvimos mucho calor, un sol para darnos toda la luz que necesitábamos, un ayudante de excepción y muy buen ambiente.
Gracias chicos por ponerlo fácil y ahora a disfrutar del resto de los días juntos.